¿No ha sido un error el boicot al resultado de las elecciones palestinas que dieron la victoria a Hamás?
No lo creo, creo que hay que preguntarle también a Hamás. Esta misma tarde [la del pasado miércoles, cuando se celebró la entrevista] hemos asistido a la muerte injusta e irracional de niños en Gaza. Condenamos todos los ataques que pueda recibir la población civil israelí, pero no entendemos por qué las víctimas civiles de Gaza tengan que sufrir de forma continua esta situación. Por eso pedimos que todos los compromisos de Annapolis vayan adelante y tenemos todavía esperanzas. Cuando hablo con los negociadores israelíes y palestinos, encuentro que hay avances y que al final de este año van a encontrar una oferta política que suponga un paso en la solución del conflicto. En cambio sobre el terreno la situación no mejora.
¿No le parece que los países europeos y EEUU apoyan la celebración de las elecciones en los países árabes pero, como en el caso de Hamás, no aceptan su resultado si no conviene a sus intereses?
Ahí entramos en una cierta simplificación. Es verdad que las elecciones son el elemento mas significativo de un sistema democrático. Pero éste no consiste sólo en una cita electoral. Hay que crear instituciones democráticas, establecer el Estado de derecho y respetar los acuerdos establecidos anteriormente. Y Hamás jamás ha aceptado la legalidad internacional suscrita por la OLP y la Autoridad Palestina. Jamás ha aceptado que haya tolerancia en el sistema educativo. Jamás ha aceptado reconocer a sus vecinos inmediatos, como Israel. Jamás ha aceptado parar la violencia definitivamente. Ha hecho una tregua, pero la tregua no es la paz definitiva.
¿Tienen los diplomáticos españoles órdenes de no mantener reuniones con representantes de Hamás?
Tienen órdenes de no tener contactos de ningún tipo con Hamás.
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Sigue en Público, en una entrevista repleta de perlas sobre asuntos claves de la política internacional española y temas candentes (como China) que me ha provocado una inquietante mezcla de profunda vergüenza y desasosiego. Y pensar que hubo un tiempo en que, después del nefasto ejercicio de Ana Palacio, parecía que Moratinos iba a ser un ministro de Exteriores con una voz propia y no un simple muñeco de ventrílocuo al servicio del mejor postor. Señor Moratinos, ¿tienen los diplomáticos españoles órdenes de no tener contactos de ningún tipo con los plutócratas saudíes, el sátrapa libio, el tirano guineano, los censores chinos y un largo etcétera de gobernantes que ni siquiera han sido elegidos y en cuyos paises brillan por su ausencia esas instituciones democráticas y ese Estado de derecho que usted reclama a Hamás?¿Cómo propone usted resolver los conflictos si descarta de antemano cualquier tipo de negociación o incluso de contacto? ¿Considera un éxito el embargo a que está sometida Gaza, donde ya ni siquiera funcionan las ambulancias por falta de combustible, gracias a la inestimable ayuda de demócratas como usted? La política no deja de decepcionar nunca, incluso cuando no se tiene ninguna fe en ella.
Moratinos y Obiang Ngema