Excelente documental recién emitido por CBS: Time Running Out For A Two-State Solution?
— George Mitchell, el enviado especial de Barack Obama a Oriente Medio (y ex presidente de un bufete de abogados que cobró 8 millones de dólares por representar al sátrapa de Dubai en un juicio por tráfico de niños, el famoso caso de los niños jinetes esclavos), se ha reunido con miembros del ejecutivo/ejecutor israelí y con el virrey en la zona, el ex presidente Abbas, a quien pretende fortalecer para que siga prestando servicio a la causa (poco importa que éste ya no represente a ningún palestino salvo a sí mismo). Obama ha dejado claro en su entrevista en al-Arabiyya, la cadena saudí cuya línea ideológica coincide plenamente con los intereses estadounidenses e israelíes (por algo la llaman "Hebreiya"), que su intención es "tender la mano a los países árabes" (siempre que los tiranos a cargo de los mismos sean complacientes). De esto mismo, El País nos ofreció, por boca de Yolanda Monge, una versión digna de enmarcar por ser todo un ejemplo de periodismo alucinatorio: "Ante las cámaras de Al Arabiya, cadena árabe de televisión por satélite con base en Dubai, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, utilizó abiertamente sus raíces musulmanas para acercarse al mundo islámico". En cuanto a negociar con el gobierno legítimo de Hamas, no change.
— Entre las hazañas del valeroso ejército israelí se cuenta el bombardeo del zoo de Gaza, no fuera que a los terroristas les diera por ocultarse entre las fauces de los felinos o, lo que es peor, usarlos como escudos animales. También el proyecto estrella de Blair, ese otro espectro a generoso sueldo del Cuarteto (tras su conversión, anda demasiado ocupado impartiendo clases de religión en Yale), sufrió graves daños durante la ofensiva: la planta de eliminación de residuos cuyas obras debían concluir esta semana. Era el único proyecto que se había permitido ejecutar desde que comenzó el salvaje bloqueo. Los terroristas destruyen, Europa paga y calla. Mientras, Israel prosigue con su silencioso y métodico exterminio. Sólo un par de ejemplos: impide que los niños heridos abandonen Gaza para recibir tratamiento en el extranjero y prácticamente no se permite la entrada de camiones con ayuda.
— En Europa, y siguiendo la estela del liberticida Sarkozy, andan rumiando si enviar una flotilla (como si Israel no tuviera ya buques patrullando cada milla de las aguas palestinas) para impedir el contrabando de armas a Hamas (que ya ha dicho lo que piensa). Da gusto ver a los europeos tan prestos a enviar fragatas que protejan espúreos intereses ajenos (e incluso los intereses comerciales de empresas privadas) y hacer la vista gorda ante la barbarie que no cesa en Palestina y buena parte de la convulsa África. Un día viajamos a Guinea Ecuatorial y recibimos "el cariño del presidente Obiang" y otro día, mientras las bombas arrasan Gaza, le pedimos a Hamas que reconozca la declaración de los derechos humanos, ¿verdad, señora Aburto? Por no hablar de esas "insignificantes" ventas de armas a países tan y tan escrupulosos a la hora de usarlas (como meros objetos decorativos, que podría decir sin ruborizarse Zapatero).
Una recomendación, el exhaustivo análisis de Norman Finkelstein: Behind the bloodbath in Gaza