He cometido el imperdonable error de leer íntegra la comparecencia de la ministra de la Guerra explicando el ataque que sufrieron las tropas españolas en Afganistán. Hacia la mitad de su intervención la ministra declara: "Señorías, nunca he sido partidaria de eufemismos ni de dobles lenguajes. Y mucho menos en este caso". A partir de ahí, se explaya justificando nuestra implicación en la guerra y ocupación de Afganistán esgrimiendo razones idénticas a las expuestas por su ex homólogo Donald Rumsfeld o cualquiera de los propagandistas de la doctrina neocon que desataron esa guerra de venganza e intereses geoestratégicos nada humanitarios. Un par de ejemplos solamente:
"España, junto con unos cuarenta países de cuatro continentes, está en Afganistán porque desde ahí se fraguaron amenazas contra las vidas de miles de ciudadanos de todo el mundo." ¿Desde cuando es lícito bombardear a sangre y fuego países enteros porque en su territorio se hayan fraguado atentados terroristas? ¿No habíamos quedado en que el mayor vivero del terrorismo internacional era el Iraq post-Saddam y no el Afganistán neo-talibán? ¿Va a retractarse el gobierno y a volver a enviar tropas a Irak para combatir esa amenaza?
"Es una amplísima ofensiva terrorista declarada por los islamistas fanáticos y caudillos tribales contra el gobierno legítimo de Afganistán; una amenaza global promovida por Al Quaeda y sus aliados talibanes para sojuzgar a los afganos y para recuperar una plataforma territorial desde la que multiplicar su campaña de terror internacional." Dejaré que responda una ex diputada afgana, Malalai Joya: "En Afganistán no hay una democracia, es una farsa. Mientras en el Parlamento haya representantes de la Alianza del Norte, aliados de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, pero completamente antidemócratas, en Afganistán no habrá derechos para las mujeres. Son violentos y elementales, peores que los talibanes, igual de extremistas, completamente misóginos, y les da miedo el secularismo porque con él no podrían cometer crímenes contra nosotras en nombre del islam. Son ellos quienes controlan la mayor parte del país". Hoy mismo Mònica Bernabé publica una entrevista sin desperdicio con el mulá Arsalan Rahmani, un viejo taliban diputado de ese "legitimo" gobierno de mafiosos al que supuestamente defienden las tropas españolas.
Si alguien tiene estómago, puede leer la comparecencia íntegra en la web del Ministerio de Defensa. Pero si alguien quiere conocer de fuentes más fiables, menos sesgadas y mucho más informadas lo que de verdad ocurre en el infierno afgano, recomiendo la lectura de Flight Path to Disaster in Afghanistan y la reseña del último libro de Ahmed Rashid, Descent Into Chaos (y por supuesto, una vez más, todo lo que ha publicado David Beriain). La ministra debería aplacar su repentino e inverosímil ardor guerrero y dedicar toda esa energía a leer más y mejor. La bibliografía y los informes desde el terreno, abundan.
Me gustaría poder extenderme más pero estos días no tengo tiempo. No me queda otra que ir recopilando todo lo que puedo sobre Afganistán en el delicious.
Actualización: Samuel, en Quilombo, también habla de la comparecencia de la ministra y la "buena guerra" en una excelente entrada: La guerra interminable.