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Algarabía

Lucidez vs. mezquindad

  • Los números que emplean los partidarios de este pequeño Apocalipsis a cámara lenta llamado economía-mundo o mundo globalizado parten de la reducción porcentual del número oficial de pobres, colocada convenientemente sobre una escala temporal que certifica que el avance de la economía que actualmente padecemos también es, aparte de un absurdo y un aburrimiento mortal del alma, un hito continuo en la erradicación de la pobreza. Por supuesto, a esto se escapan algunas consideraciones: que hay producción agraria, ahora, en este momento, como para alimentar a catorce mil millones de personas, esto es: dos planetas como este. Con este dato en la mano, hay que ser insensible y tener unos intereses muy determinados (en cristiano: ser un cabrón) como para pedir paciencia y afirmar que vamos bien. También olvidan que, cuando la población aumenta en la mayor parte de zonas miserables, los sistemas de censo y control estatal dejan un gran número de personas al margen de las (propicias) estadísticas. Finalmente, el error más grave reside en que las consideraciones favorables a la destrucción de la humanidad parten siempre de grandes magnitudes geopolíticas, que ya sabemos cómo se fabrican… siempre con esa estrategia burguesa, esa ridícula costumbre de computar la riqueza exclusiva de los ricos e incluirla en la gran división: que yo tengo dos, que ese tiene ocho, y que, así las cosas, los economistas resumen que cada uno posee una renta de cinco. Y por si a alguien se le ocurre denunciar con lucidez el actual estado de las cosas, siempre queda la gilipollez churchilliana, que se aplica tanto a esquemas institucionales como a las políticas del hambre y que ya casi podemos elevar a la categoría de Teorema Imbécil de la Democracia: “que este es el menos malo de los sistemas”. Superada la repulsión moral ante semejante conformidad babosa –que sólo puede exclamarse cuando uno disfruta de su dudoso estatus de occidental privilegiado-, podemos leer a Michael Parenti, que profundiza con acierto en todos estos dislates liberales. (Carlos Alonso Romero, La Patata de la Libertad)

  • "En los últimos 25 años la economía mundial ha experimentado un progreso económico y social sin precedentes que se ha traducido en mejoras sociales tangibles para la mayoría de la población mundial. Mejoras que se miden en términos de erradicación acelerada de la pobreza. [...] A los enemigos de la libertad esta realidad les provoca alergia. Más aún, les provoca angustia. No me extraña. Porque a poco que uno se detenga a reflexionar sobre este fenómeno empíricamente incuestionable, si se quiere, a reflexionar sobre las causas y sobre la naturaleza de este crecimiento económico, o de la riqueza de las naciones, que diría Adam Smith, las conclusiones son demoledoras para los enemigos de la libertad. [...] La nueva etapa de prosperidad radica en el abandono del socialismo económico por parte de China, India, Rusia y el área de Europa del Este. El resultado ha sido el previsible: millones de personas han salido de la pobreza y viven hoy con cierta dignidad. Cada vez mejor, de hecho. Es natural que los que se han pasado toda su vida defendiendo un sistema que genera y perpetúa la miseria estén desolados y desubicados. Pero qué le vamos hacer. No es culpa nuestra." (J. M. Aznar, conferencia en Colombia)

2 comentarios

algarabia -

Alomojó Zaplana no lo ha dicho, pero seguro que lo piensa. ¿Qué hacía Zaplana en Colombia? Ah, sí, que una vez se reunió con las FARC. ¿Pero no habíamos quedado en que los del PP no se reúnen con terroristas en activo (Pío Moa no cuenta)?

Lo de la eeradicación acelerada de la pobreza me ha llegado al alma. Supongo que se referirá a la de su familia.

Un abrazo.

jclavijo -

Sólo ha faltado que Zaplana, que lo ha acompañado por Colombia, hubiera rubricado aquello tan liberal y cool de que los principales culpables de su pobreza son los mismos pobres. ¡Hombre, faltaría más!