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Algarabía

La realidad

La realidad Todos los días, periódicos, tertulias, telediarios, partidos y fundaciones democráticas nos enseñan que en este mundo nihilista aún es posible hacer discursos moderados, elegantes, ingeniosos, razonables, objetivos, imparciales, serenos y matizados. ¿O nos enseñan más bien que la elegancia, la moderación, el ingenio, la sensatez, la objetividad, la imparcialidad, la serenidad y la matización son nuestra forma de nihilismo? Allí donde la moderación derriba casas, donde la elegancia mata, donde el ingenio desprecia, donde la sensatez arranca brazos, donde la objetividad envenena el agua, donde la imparcialidad tortura, donde la serenidad cierra los ojos y donde la matización aplaude al verdugo, es necesario ser panfletarios. El panfleto es el nivel exacto de los acontecimientos; la realidad es panfletaria. Al mismo tiempo, allí donde la sobriedad de un decreto deja sin medicinas a un continente, donde la prosa más escueta riega uranio empobrecido, donde el cálculo geométrico hace sangrar a miles de familias y donde la propaganda destruye sin interrupción ciudades y metáforas, es necesario ser poéticos. La poesía es la temperatura de los cuerpos, el pulso escamoteado de los hombres. La realidad es brutalmente poética.

Extracto del artículo de Santiago Alba Rico sobre la película Bagdad Rap

Fotografía de la iraní Shirin Neshat.

1 comentario

et in Arcadia, ego -

...deberíamos aprender a mirar en los ojos de las demás personas; tal vez descubriríamos, en una esquina, el reflejo de nuestra propia vergüenza.

Un abrazo y celebraciones por tu regreso.