Omertá
Serán difíciles de superar las imágenes que llegan desde el carnaval organizado por el capofamiglia de la UE, Nicolas Sarkozy, en París; pocas veces tenemos la ocasión de poder ver, en una concentración tan densa y siniestra, a los grandes sopranos mediterráneos: gángsters del calibre de Mubarak o Buteflika; criminales de guerra a los que nunca juzgará un tribunal internacional, como Ehud Olmert; el emir de Qatar, un país repentinamente mediterráneo; e incluso un denostado Bashir al-Assad, despóta caído en provisional desgracia, quien no deja de ser un vulgar aprendiz al lado de los expertos matones del norte de África, con Mubarak de nuevo a la cabeza. Y qué decir del Karzai palestino, Mahmud Abbas, revoloteando como una mariposa mientras recibe palmaditas en la cara después de pedir permiso al consigliere Olmert, o del Karzai libanés, tan agradecido siempre de que le permitan participar en los saraos de la elite europea. Los abrazos entre Ban Ki-moon y algunos de los despótas, con historiales de represión y corrupción que bastarían para asegurarles condenas de por vida, estremecen. Y los líderes europeos felices y sonrientes, contando ya los dividendos que les reportará el cónclave en forma de gas y comercio en condiciones obscenamente ventajosas, la subcontrata de "servicios de seguridad" despiadados que hagan el trabajo sucio en las fronteras, y generosos contratos de venta de armas para que, en nombre de los derechos humanos, la represión no pare nunca, que es la mejor manera de asegurar una larga vida en el poder a los demás miembros de la famiglia. Por ahí andaban también, juntos y bien revueltos, Moratinos y Zapatero, Berlusconi y Mulay Rashid, y apartaditas viendo el desfile militar en primera fila en su calidad de floreros, las primeras damas, luciendo modelos de alta costura y contando anécdotas sobre las repectivas organizaciones benéficas que presiden. El Mediterráneo es hoy, sin duda, una gran fiesta.
La mayor parte de los enlaces corresponden a fotografías impagables, ya que los hechos son fácilmente comprobables en el mar de vínculos sobre silencios y aberraciones que inunda la red.
Y más:
Leo que miembros de Reporteros sin Fronteras han protestado en las calles por la presencia del presidente sirio. De Olmert, Mubarak o Buteflika, por nombrar a los más sanguinarios, no han dicho ni mu. Una vez más, ponen de manifiesto su gran credibilidad.
Ya se sabe quiénes inaugurarán el cónclave interreligioso de Madrid: el rey Abdulá bin Saud, el rey Juan Carlos y el presidente Zapatero. Lo dicho: vamos de fiesta en fiesta.
2 comentarios
Algarabía -
Creo que diplomacia no tiene nada que ver con los parques temáticos a que nos tienen acostumbrados. O eso espero. Hablar sí, pero no a cualquier precio (y ya sabemos que cuando se trata de negocios, los valores se esfuman).
Un saludo y un placer leerte.
Felix R. Lopez -
¿Volvemos a situaciones de dominación-dominado?; bastantes lecciones vamos dando ya por el mundo. ¿En lugar de cumbres imponemos bloqueos?. O quizá de los grandes fastos se deba volver a los pequeños salones y a la diplomacia secreta. Y que hacemos con los líderes de países no democráticos, que son mayoría. ¿No los recibimos?, o ¿sólo es un tema de apariencias y se debe de poner un gesto más grave en las fotos?. ¿O que decidan los P-5, o una liga de Estados Democráticos, o...?
¿Donde está el equilibrio entre intereses y valores?. Y sobretodo, qué valores pues desgraciadamente la gran mayoría no son ni siguiera compartidos por todo el conjunto de la humanidad.
No tengo las respuestas. Sólo saco algunas preguntas.
Pero que no se nos olvide que lo de todas las fotos es sólo un envoltorio. Quizá a veces obsceno, pero no es el núcleo de la cuestión que, aunque cueste hacerlo con algunos, sigue siendo el diálogo entre países.